Hace dos días y una noche

Hace dos días y una noche que ha comenzado el viaje,
el tejido de pasos que abrirá distancias, corazones y vidas,
he llorado de cuando en cuando con las lagrimas que no me darás,
he clavado múltiples veces la lanza que alguna vez me flechó,
he puesto ante mi alma cada cadáver de las esperanzas que amorosas me abrazaban 
he puesto en replay las palabras que sinceras me ofreciste para decir adiós.

No huiré de ti pues el amor que me habita es superior,
el ave que vuela adentro es infinitamente mayor que los dos,
has intentado atraparla, has intentado enjaularla
tal y como desde el comienzo yo traté calmarla, 
tal y como yo intenté arrullarla, sedarla,
pero te advierto que este palpitar alado no cesará,

jamás renunciará a su vuelo la criatura,
pues más que tuya siempre ha sido mía,
más que vida tú le diste consciencia,
más que alas tú le ofreciste viento.

Te alcanzará mi cariño hasta la penumbra,
te seguirá mi abrazo mientras haya un alba,
y aunque el ardor de la carne se vea obligado a morir,
debes saber que este animal vivo necesita de luz mas no de fuego.

Mi muy amado, aprenderé a olvidar esta querencia humana,
grabaré nuestros nombres en un ágape eterno,
serena te veré respirar por cualquier regazo que no sea el mío,
te veré buscar esta felicidad tan nuestra en otros rostros,
y sin duda te ayudaré ferviente a trazar mapas y a seguir tesoros,
renunciando para siempre a añorar tus miradas.

Mi adoración, me has ayudado a saber de mí,
tarea ardua y dolorosa que he de agradecerte sin cesar,
me has obligado a ver, dulce mío,
que ningún amor que siembre en mi pecho penderá del riego del otro
pues son mis puertas abiertas las únicas capaces de crear la magia.

He tomado desde aquella noche el camino sin regreso,
no será el olvido el que me guíe,
sino esta fe incorruptible en lo perfecto,
esta confianza en que llegará el esperado día,
donde conozca el quien de esas pisadas
que desde el comienzo escuché corriendo tras de mí.

Solo entonces quizá deba apartarme,
dejarte recubierto de recuerdos y pasado,
mas te prometo que hasta que llegue ese momento
te querré sin mis heridas,
te cuidaré sin mis temores,
y guardaré en mis manos el sueño que fuiste para mí.