Somos ella
Mientras mi lagrimal le recordaba y entre vagos recuerdos inventaba una timida poesía,noté que nunca fui yo , que no fueron mis palabras ni mi forma de mirar su sonrisa, que no se trataba de mi temblar de manos o de mi cruzar de piernas, todo se trataba de ella, de su voz afilada, sus manos tersas, sus horas cortas y sus abrazos largos, era tan solo sobre ella, establemente indecisa, y con cincel detallada, ella y yo, eramos ella, y empezaba a entender que no eran sus pupilas las que me buscaban, era yo quien corría tras ellas , ¡que ingenua! , creía que se trataba de mi forma de tocar las estrellas pero todo giraba alrededor de su parecido con la luna. Ella es como esa obra donde aparece la misma niña de ojos tristes y mirada alegre que pasea por el vestuario e improvisa guiones, esa niña a la que su narcisismo le permite ser cada uno de los personajes, ser el árbol en el escenario o brillar como amada y amante, esa es ella, pensandole se escribió la historia y así, coordinando las lágrimas con las metáforas, disfruto verla actuar cuando se pone mi vestuario y lee mis líneas, porqué entre el cielo y el infierno, me sigue deleitando pasear entre los mortales de la mano de un ser celestial.