A todas aquellas que fui

No tienes que ser buena.

No tienes que caminar de rodillas

cien kilómetros a través del desierto, arrepintiéndote.

(Gansos salvajes, Mary Oliver)


Les perdono el amor que sienten por aquellos que ya no amo

Las dejo ir hacia el dolor mientras canto sus quebrantos

Les cedo mi aliento y las envuelvo entre mis brazos

Les celebro sus torpezas y les alabo la osadía

Les honro sus silencios y les soplo su llama

Las defiendo ingenuas, solas y náufragas

Las admiro caóticas, tristes y perversas

Las acompaño a sobrevivir y a morir

Les confieso quién he sido

Les guardo sus secretos

Les cuento los míos

Les pido compasión

A todas aquellas que fui