no
no me adivinas
no me lees
no usas la audacia
que necesito
que anhelo
que te suplico
no me lees
no usas la audacia
que necesito
que anhelo
que te suplico
no me atraviesas
no me ves
no me rescatas
del silencio
de la calma
de la rabia
no me descubres
no me llamas
no me hallas –no me halas–
aunque lo intentes
aunque lo quieras
aunque lo sepas