Algo sucede
Cuando pienso en mis padres
con sus manos que me dan más de lo que sostienen,
con sus palabras que me sujetan mientras caigo
sin poder evitar mi golpe pero anticipándome una caricia.
Cuando llegan unos brazos a desmoronar las murallas,
a remover la arena movediza que nos traga,
que nos hunde, que nos mata,
cuando llegan unas manos a servir de piernas.
Cuando se quedan esos brazos,
sabiendo que caeremos a pedazos,
para resistir entrelazados todo el temblor.
Cuando la gente se convierte en prójimo
y lo encuentro a él, a ella a mi lado
haciendo del yo y el otro un límite inventado.
Cuando encuentro al afuerano en frente de mi casa
dejando un papelito, un mensaje, un recado.
Cuando el desasosiego me entierra en la cama
y ella me espera en la otra esquina.
Cuando el miedo me sentencia a la locura
y sus oídos me reconocen entre los ecos,
entonces sucede algo
en el mundo y en mi cuerpo,
se revierte una guerra, se deshace una herida,
se desdice una mentira, se arrepiente un suicida.
Sucede algo entre la muerte y la vida,
ha de ser eso, sospecho, el amor.