En el calvario

 

¿Quién no cargaría todo el sufrimiento del mundo

si en su espalda cupiera?

¿Cómo no caminar hacia la muerte entre abucheos

si esa turba enardecida es el camino a la salvación?

¿Por qué pasar la copa si tras ese trago de sangre

no quedaría en la Tierra rastro alguno de amargura?

¿Quién sería capaz de seguir viviendo

si con la propia vida se podrían rasgar sentencias

se saldarían deudas eternas, se rompería toda opresión?

¿Cómo no soñar con visitar los infiernos

para decirles a los moribundo que ya nadie conocerá el dolor?

 

No habría clavos, ni amigos, ni madre,

no habría Juan, ni Marta, ni Judas,

no habría vida tan buena que valiera más que mi muerte,

no habría hombre tan malo que no pudiera alzar en esa cruz.