Orgullo
El orgullo que invade mi pecho
no escucha las plegarias de los crédulos.
Se expande trasversal por mis entrañas,
baila despavorido con el viento.
Se desnuda entre mariposas y pervertidos,
canta libertino entre los impúdicos,
araña la libertad sin rabia alguna
y transforma estas jaulas de vergüenza
en el éxtasis del amor propio.
Este orgullo se besa con la silueta de una mujer descalza,
salta para revelarse como la verdad ineludible,
se despliega hasta los infiernos
y se esconde en los altares
pues es él, solo él,
tan bajo, tan alto.
Este orgullo que libera
del sí mismo impuesto
de los miedos del demonio
de los peligros de la lucha
de las condenas al amor.
Este orgullo es enteramente mío,
razón de los linchamientos,
motivo de escándalo,
causa de la más cruel censura,
fuerza de vida y sentencia de muerte.
Mío, solo mío,
esperando siempre a ser vuestro.