Renuncia

Me despojo de esa vida que me falta
en medio de la oscuridad enclaustrada.
Me alejo de lo eternamente extrañado
llenando los vacíos con distancias.
Me desenrollo de esos cuerpos
de los que no llegó el tan anhelado abrazo.
Me deshago de esas palabras fantasmales
que agonizaron en nuestras gargantas.
Me destierro de todos los desiertos que quise llamar hogares.

Me expulso de mi soledad
para librarme de sus recuerdos que no me hacen compañía.
Me despojo de esa alegría por el porvenir:
de mi fervor a las imposibilidades,
de mi creencia en el buen futuro,
de mi memoria corta ante el pasado que amenaza.

Saqueo al corazón y lo visto de luto,
destruyo mi dolor estrujando la esperanza.
Asfixio la promesa de la inocencia,
aquella de que habría un mejor mañana
en el que el azul celeste envolvería mi cielo,
en el que ustedes ocuparían por fin el lugar de sus sombras,
en el que me envolverían con sus brazos,
en el que nuestras voces serían gorriones en el viento,
en el que la arena levantaría paredes y techos,
en el que el amor ganaría su apuesta,
y la tristeza se escondería avergonzada.