De cómo afrontar la perdida
Voy aprendiendo a perder
A terminar la partida e irme
A controlar el impulso de botar el tablero
De tirar las fichas y marcharme
El mismo que me lleva a dar golpes de puerta
Para que se enteren de mi frustración
Y así tomar venganza
Hiriéndolos con los sentimientos que a mí me calan
Que me traspasan como púas asesinas
Como dagas venenosas en la carne
Poco a poco voy aprendiendo a esperar
A rendirme ante una muerte anunciada
Y no desplegar toda la favela de emociones
Sobre sus caras tranquilas que no presienten mi tormenta
Estoy cultivando la paciencia
Para saber cómo afrontar las despedidas
Para comprender lo incomprensible
Sin que mi cuerpo haga una oda a la ira
Entre mi rostro rojizo y mis ojos hinchados
Estoy desaprendiendo la tristeza iracunda
Que siempre fue tan mía
Aquella de lanzarme a los gritos
De abrazarme con golpes
Para dejarles saber que ya no puedo con mis heridas
Para aprovechar la rencilla
Y desbordar la historia de mis cicatrices en un solo quejido
En el que termino desnuda y avergonzada
Aturdida y menguada
Porque finalmente nadie entiende que estoy llorando
por esta rabia que me produce el dolor
por este inconformismo que me trae el cansancio
por este temor que le tengo al miedo
Estoy aprendiendo a mantener los ojos abiertos
A no taparme los oídos cuando los lobos aúllan
Trato de acostumbrarme a callar todos los gritos internos
Todos los ecos externos
Voy entendiendo que puedo respirar
Que puedo hablar
Respiro
Respiro
Respiro
Y de repente ya no soy tan vulnerable
Pronto mis piernas dejan de temblar
Y sé que debo pronunciar todas las palabras
Con lagrimas pero sin llanto
Porque el tiempo ha empezado a correr
Y no puedo gastar más noches en la habitación
Esperando a que toquen la puerta
Y me abracen para ir a jugar de nuevo
Para poder reír de nuevo
Para unirme otra vez a sus carcajadas
Reconfortada por un rescate que pedí de la peor manera
Voy aprendiendo a perderte
Mientras te sigo queriendo
E intento no darte señales de lo que ocurre adentro
De la furia que de vez en cuando enciendes
Cuando me reiteras la distancia irreparable que nos une
Y me recuerdas que debo resignarme a este cariño ajeno
Entonces te abrazo y te sigo
Para ponerme a prueba
Y empezar a jugar contigo
Incontables veces
Con la plena seguridad de que no saldé bien librada
Pero también con la certeza de que no me levantaré antes
De que no tiraré el tablero
De que aceptaré la derrota
Como símbolo de la vida que comienza
Como señal del fin de cualquier espera.