La respuesta del Amor

Y si de repente las puertas se cerraran
su fuerza rompería ventanas para mí,
y si de la nada los ejércitos se levantaran
su soplo haría retroceder a las armas.

Si contra mis susurros se alzaran los gritos,
y contra mi corazón dardos lanzaran,
sus yagas atraparían las palabras,
y contra clavos se estrellarían las flechas.

Pero si mi carne se desdoblará contra los cielos,
y mi Espíritu se adhiriera a lo marchito,
¿qué Palabra haría la luz de la infinita nada?
¿qué tantas montañas se enredarían al suelo?

Mas Él ha respondido que su promesa está fija
como la casa que ha sido levantada sobre roca,
que no existe golpe tan fuerte
capaz de hacer temblar sus muros

pues sólo es en su Amor donde la Vida se levanta.
En su manto que recubre el firmamento
la Muerte ha sido derrotada,
el sacrificio del cordero selló tan grandiosa alianza.

Entonces, incluso si yo misma quisiera liquidar el fuego,
si soplara, y con los vientos me rebelara,
su mirada permanecería firme
en nuestro pacto de Gracia.

La vid eterna, el rio inmutable,
Elohim, el sol incontenible.
Estas son las buenas nuevas:
el Amor ha amado tanto al mundo,

que de rojo se ha teñido la propia creación.
El Amor se ha incrustado entre nosotros,
y la muerte ha tenido que retroceder.
Ahora yo me pregunto:

¿Es posible que nos deje de amar?
El Amor responde mostrándonos sus manos,
El Amor responde saliendo de la tumba,
El Amor responde, y dice: "¡Jamás!"